LUZBY BERNAL

viernes, 30 de julio de 2010

Dioses en la Tierra.


DIOSES EN LA TIERRA



Afortunadamente nos acompañan aquí en la Tierra muchos seres que viven la naturaleza Sátvica en
forma total. Son dioses en transito que cumplen con la función de proteger y alimentar las vidas
inferiores para que evolucionen. Obviamente. Carecen de pasiones, son silenciosos y amables.
Estos sátvicos seres son todos los árboles frutales: nos dan oxigeno, sombra, hermosean el paisaje
con su belleza, purifican el aire y nos regalan las frutas indispensables para tener buena salud.
Las almas de algunos árboles y plantas son de una elevada evolución espiritual. El mismo Cristo nos
dio la clave perfecta para distinguir el estado espiritual de un ser: “Por sus frutos los
reconoceréis”.
Mirad los frutos y la vida de un árbol o la de una sencilla tomatera y sacad conclusiones. No exigen
nada y todo lo entregan; no dañan, no contaminan y, si el leñador les quita la vida, en vez de
maldecidlo, perfuman el hacha o la tijera que las ha herido de muerte.
LOS SISTEMAS DE TRANSPORTE
Algunos maestros han dicho que los árboles son seres inferiores por el solo hecho de que no pueden
desplazarse. Las plantas no se desplazan porque no lo necesitan; han llegado a la perfección de no
tener que depredar a otro ser como lo hacen los seres humanos.
El hombre tiene la necesidad de desplazarse por que, de lo contrario, moriría. Si los que aseguran
que el árbol es inferior por el hecho de que no tiene movilidad, entonces tendrían que admitir que el
veloz pájaro es superior al hombre porque puede volar, y el lento hombre no.
El pájaro no necesito cerebro para hacer máquinas que lo trasportasen porque tiene el poder de
volar. El hombre, es una de las criaturas más lentas de la tierra (Un simple roedor, siendo 500 veces
más pequeño que el hombre, puede correr más que él. Y si un mosco tuviese el tamaño de un
hombre teóricamente superaría la barrera del sonido.)
Los sistemas de trasporte comenzaron cuando el hombre se dio cuenta de su incapacidad y utilizó a
otros seres que tenían más poder que él —como el caballo—, en ese sentido, y los esclavizó.
Luego el problema se congestionó y se aparecieron múltiples vehículos que contaminaron el
mundo y el problema se agravó más.
Y fue así como se contaminó el aire, se acabó con el clima, se terminó el petróleo, y
sobrevinieron las más cruentas guerras que acabaron con la humanidad, con los árboles y
con el planeta.
Solamente tropiezan los que caminan; por tal motivo los sabios van muy lejos sin moverse del mismo
sitio... los árboles viajan aun más lejos, estoy seguro, por que los buenos caminantes no dejan
huellas.
Vemos claramente que no es con la agitación sino con la inmovilidad y la serenidad como se logra
avanzar espiritualmente a estratos elevados. ¿No será que los árboles prefieren ese estado de
serenidad porque se encuentran en constante comunión con el infinito?
¿SOMOS SUPERIORES PORQUE PODEMOS HABLAR Y LOS ÁRBOLES NO?
Entre menos hablemos más perfeccionamos el idioma; es así que los árboles hablan poco...pero
hablan: vocalizan con el susurro de sus hojas y se comunican claramente con los pájaros, no con los
humanos, porque la mayoría no entiende el idioma de los Dioses.
Los árboles hablan poco por que aquel que más habla menos comprende. En cambio nos hablan
con la elocuencia de su oxigeno, de su sombra y de sus frutos que nos brindan con amor.
Los árboles no se sienten hablar porque beben el néctar del silencio, el cual es el alimento que nutre
a los genios.
¡OH!, que grandioso es el silencio: es la elocuencia de los sabios, de los que mucho aman, de los
que mucho han sufrido, y de las criaturas que se encuentran muy cercanas a Dios.
No me explico cómo hay personas que no sienten una felicidad inmensa cuando se acercan a
un árbol.
Los yoghis se sientan en flor de loto, se aquietan y entran en un estado de meditación durante horas
y hasta días. Con esta actitud de inmovilidad llegan a estados espirituales elevados.
¿Por qué es necesario vaciar la mente para llenarnos de una gran paz?, nosotros construimos
nuestras viviendas con sólidos ladrillos, pero gracias a los espacios vacíos es que podemos vivir en
ellas.
Si estamos inundados de deseos, pasiones y ruidos, ¿Qué espacio quedará para que habite la
paloma de la paz?
Los Maestros enseñan que los seres que se liberan de todo deseo y agitación hallarán una paz difícil
de calcular. Ve a un bosquecillo y lo comprobarás; además te sentirás muy bien acompañado por
seres superiores a ti... y podrás abrazarlos con amor.
Cada árbol que derribamos son cien metros de desierto que fabricamos, y un ser superior que
renace en una Estrella lejana.
¡SUPERIORES O INFERIORES!
También se ha dicho que los árboles son inferiores porque no tienen cerebro. Nosotros necesitamos
cerebro porque nuestra compleja vida así lo exige; pero, cuando queremos meditar para ponernos en
contacto con el Infinito, los pensamientos nos estorban.
He ahí el secreto de la meditación: anular los pensamientos. Dios no posee cerebro ni piensa,
solamente existe en la perfecta quietud... y no por eso es inferior a nosotros.
Los demonios son más inteligentes que los hombres. El Mismo Cristo lo confirmó cuando dijo: “Los
seres de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”. Mas, por eso los demonios no se
encuentran en escala espiritual superior a nosotros.
Demostrado está que no es el cerebro ni la inteligencia la que hace a un ser superior a otro
espiritualmente.
Por tanto los árboles pueden disfrutar de un estado muy superior al del ser humano. Su pureza, su
mansedumbre, sus frutos y su vida no kármica así lo demuestran claramente.
Recodemos que dependemos de las plantas y los árboles... no ellos de nosotros; y ellos fueron los
que conquistaron el mundo por vez primera...no nosotros; he ahí su poder. Entonces, ¿Cómo nos
atrevemos a decir que son seres inferiores?
Cuando un a persona corta o manda a cortar un árbol, ya sea para los muebles o el piso de su casa
u oficina (habiendo tantas alternativas), aunque no lo crea, esta segando la vida de un ser superior.
Y aquí se puede decir con suprema compasión: “Perdónalos, Señor, por que no saben lo que
hacen”.
Cortar un árbol para hacer fuego es cambiar frutos por cenizas
Cada centro comercial consume un árbol cada hora, en papelería, servilletas desechables, y cajas
de cartón. Multiplíquese por todos los centros comerciales de cada ciudad y por todas las ciudades
del mundo.
Recordemos que, en el mundo únicamente se están reforestando 50.000 árboles por cada 600.000
que se destruyen. Ya solo queda el 25% de las selvas que habían en ella tierra; ¿Cuándo vamos
a parar?
La respuesta es: ¿Cuándo va la gente va dejar de comprar en los supermercados, cuándo va dejar
de comprar madera para sus muebles y techos de las casas y oficinas?
Los expertos saben muy bien cuándo la humanidad va a parar la destrucción de las selvas: cuando
ya no exista un solo árbol que cortar... que será muy pronto.

Magnum Astron

www.magnumastron.org
Colaboracion. LAUDEN 49

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