LUZBY BERNAL

miércoles, 8 de diciembre de 2010

LA VIRGEN MARIA



Hablemos ahora sobre la Virgen María. La palabra María significa «amada de Dios». En el Evangelio Apócrifo de Juan el Evangelista, Jesús se refiere a María como un
ángel. Dice: «Cuando mi Padre pensó en enviarme al mundo, me envió su ángel, de
nombre María, para recibirme». Como ya sabemos, en la teología católica,
María es conocida
como la
«Reina de los Ángeles».

 Rafael es el arcángel del quinto rayo, y su complemento divino es la Virgen María, Madre de Jesús, también conocida como la Reina de los Ángeles. Me gustaría contarte algo de la
historia de estos ángeles. Empezaremos con la
Virgen María.



¿Cómo es que la Reina de los Ángeles se convirtió en la Madre de Nuestro Señor, o al revés, cómo se convirtió la Santa Madre de Nuestro Señor en la Reina
de los Ángeles y en Arcangélina o complemento divino del Arcángel Rafael?



Los arcángeles son tan antiguos como Dios. Ni siquiera se puede calcular en años o ciclos de la Tierra o del Sol su eterna presencia en el universo. La
Santa Madre de Nuestro
Señor ha sido el
complemento de Rafael desde e1 momento en que Dios creó a los

arcángeles. Veamos cómo se convirtió en la Madre
de Nuestro Señor. Alfa y Omega, nuestro
Padre y nuestra
Madre divinos, llamaron a Rafael y María al altar de Dios en el
Gran Sol Central y
encargaron a María la misión, si la aceptaba, de encarnar en
cuerpo humano para
ser la Madre
de Jesucristo. El trabajo del Arcángel Rafael sería el de permanecer en el
cielo y mantener el equilibrio para María mientras ella estuviese en la Tierra. Posteriormente, nació en la Tierra y dio a luz a Nuestro Señor.



La Madre María nos dice:



Mi servicio a la Tierra depende directamente del llamado de los devotos. Y el más frecuente que escucho es el Ave María.



Ha habido gran controversia respecto a las funciones de la Madre de Dios, al confundir ese cargo con mi persona y considerar que, de alguna manera, con esta salutación lo humano se hace divino.



Amados, os diré exactamente cómo empezó la tradición del llamado a mí. No fue por mi persona, sino por mi cargo. Es el cargo que ocupo como Arcangélina del quinto rayo y, en él, el amado Alfa ha colocado autoridad para la intercesión divina.



El llamado que me hacéis es contestado por millones de huestes del Señor que llevan la llama de esa función, que atienden ese cargo, que vienen a la Tierra a Socorrer a las
almas en mi nombre.



Por lo tanto, apelar a María es hacerla al rayo de la Madre (ya la Arcangélina del quinto rayo). Pero, más concretamente, es un llamado científico a ese punto de contacto
mío con la divinidad de nuestro Padre y de Brahmán, y de la Palabra en que también me

he convertido.



No sólo soy vuestra Madre sino vuestra más íntima amiga. Os pido que toméis mi mano, me llevéis a vuestra casa, me aceptéis como vuestra amiga, no como a una remota
deidad, un icono,  sino, simplemente como la sirviente
del Señor . YO SOY
aquélla con quien podéis sentiros cómodos. Me sentaré a
la mesa en vuestra
cocina y tomaré una taza de té con vosotros. Recibiré lo que sea precioso para
vosotros, lo llevaré a mi corazón y os lo devolveré con
la total consagración de mi amor. Os ayudaré en vuestras tareas diarias.



Yo Soy una madre para vuestro corazón. Soy una organizadora, una administradora. Soy una sacerdotisa y lidero los ejércitos del cielo.

 

Podéis conocerme en una o en varias de mis funciones, pero sobre todo, recordad que os asisto en vuestro sendero de gestión personal, organización de vuestra vida,
establecimiento de prioridades, empleo del tiempo y de vuestras
fuerzas.

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