LUZBY BERNAL

lunes, 6 de diciembre de 2010

LOS PADRES DE LA IGLESIA Y EL REINO MILENIAL

apologista | Diciembre 6, 2010 at 9:52 pm | Etiquetas: iglesia, literal, MILENIAL, padres, pensamiento, REINO | URL: http://wp.me/p6Hrw-7PO
LOS PADRES DE LA IGLESIA
Justino Martir, un apologista (defensor del cristianismo ortodoxo ante la amenaza de los gnósticos y otras tendencias heréticas, reconocido tanto por católicos como por protestantes) del siglo segundo, 110 E.C., era milenarista ortodoxo tal como lo eran la mayoría de sus contemporáneos.
En su libro "Diálogo con el Judío Trifón" declaró:
“Además hubo entre nosotros un varón por nombre Juan, uno de los apóstoles de Cristo, el cual, en revelación que le fue hecha, profetizó que los que hubieren creído en nuestro Cristo, pasarán mil años en Jerusalén; y que después de esto vendría la resurrección universal y, para decirlo brevemente, la eterna resurrección y juicio de todos unánimemente. Lo mismo vino a decir también nuestro Señor: 'No se casarán ni serán dadas en matrimonio, sino que serán semejantes a los ángeles, hijos que son del Dios de la resurrección' (Lucas 20:35-36)" ('Diálogo con Trifón' 80-81)
Justino en este documento relacionó Isaías 65 conRevelación 20, lo cual muestra que los primeros cristianos tenían conciencia del cumplimiento literal de las promesas de Dios a los israelitas, y por extensión a todas las naciones.
Otro ejemplo sobresaliente, entre muchísimos otros de este período temprano, es el del Ireneo,  veamos cómo se expresó:
Adversus Haereses V, 32, 1: "El pensamiento de algunos es inducido a error por discursos de herejes, a punto tal que ignoran los designios de la salvación de Dios y el misterio de la resurrección de los justos y del reino que es el principio de la incorrupción. Este reino es el medio por el cual los que habrán sido estimados dignos, poco a poco se acostumbrarán a acoger a Dios. En consecuencia, a propósito de ellos hay que decir que los justos, resucitando los primeros en esta creación que se renueva por la manifestación del Señor, recibirán la herencia prometida por Dios a los padres y reinarán. Sucesivamente habrá el juicio. Tal como es justo, ellos recogen los frutos de su paciencia justamente en la creación en la cual sufrieron o fueron atormentados y puestos a prueba en todas las maneras en su paciencia; reciben la vida justamente en aquella creación en la que fueron muertos por motivo del amor de Dios, y reinan justamente en aquella creación en la que soportaron la esclavitud. Dios efectivamente es rico en todo y todo le pertenece. También la Creación, por lo tanto, restaurada en su condición original, debe ser puesta a servicio de los justos sin ningún obstáculo. El Apóstol Pablo lo declaró en la carta a los Romanos: La Creación fue sometida a la caducidad, no por su voluntad, sino por la voluntad del que la sometió, porque también la Creación será liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios (Rom. 8: 19-21). Así también la promesa que Dios hizo a Abraham dura de manera irrevocable. Dios dijo efectivamente: Mira hacia arriba con tus ojos, y mira desde donde estás ahora hasta el norte, el sur, el oriente y el poniente y el mar: porque toda la tierra que ahora ves, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre (Gen 13, 14-15)".
Si usted es lector de este sitio, notará el gran parecido entre lo que escribimos y lo que estos primeros cristianos pensaban. De hecho la lectura de la literatura cristiana de los primeros tres siglos, nos lleva a concluir que esta era la doctrina original que los apóstoles enseñaron de parte de Jesús, y que corresponde a la lectura e interpretación llanas de las palabras de Jesús y sus apóstoles.
El mismo Agustín de Hipona (San Agustín: quien es quien definió lo que es la enseñanza católica actual ), fue milenarista en sus comienzos, leamos:
Sermón pronunciado en ocasión de la octava de Pascua (años 393-395): Sermón 259, 2:
"Este día octavo representa la vida nueva en el fin del mundo; el séptimo, representa el futuro reposo de los santos en esta tierra (Apoc 20, 4). Efectivamente, reinará el Señor en la tierra con sus santos, como dicen las Escrituras, y tendrá aquí una iglesia a la que ningún inicuo entrará, separada y purificada de todo contagio de iniquidad (Apoc 21, 27)."
Notemos el parecido, o mejor dicho, la armonía del pensamiento agustino temprano, con la doctrina ortodoxa de la iglesia.
No obstante, es el mismo Agustín quien, influenciado por los escritos de Ticonio, cambia su postura ortodoxa y adopta una interpretación alegórica preterista del texto de Revelación. Notemos el cambio de posición de Agustín:
'De Civitate Dei', 9:
"El milenio habría comenzado como un estado espiritual que la Iglesia recibió en Pentecostés, y que individualmente cada cristiano disfruta continuamente como una comunión mística con Dios. No espera una intervención directa en la historia que la vuelque de sentido. Su escatología ya está realizada. Dios ya ha triunfado".
"La Iglesia ya es ahora el reino de Cristo y el reino de los cielos. También ahora reinan con él sus santos, ciertamente de otro modo del que reinarán después; pero no reina con él la cizaña, aunque en la Iglesia crezca como el trigo".
Agustín se inclinó después por la explicación más “espiritual” de Ticonio y abandonó la enseñanza original.
La iglesia acogió la explicación de Agustín con beneplácito, porque iba más en armonía con los hechos presentes, después de todo, de ser un oscuro movimiento perseguido por los emperadores romanos, el cristianismo era ahora la religión oficial del imperio. De modo que el decir que el milenio había empezado en pentecostés y resultaría en el triunfo de la Iglesia sobre el mal, era muy tentador y conveniente, ya que promovía el prestigio y poder de la Iglesia. Desde aquel momento  los milenaristas  son tratados con desdén dentro de la Iglesia católica, aunque no se los condena definitivamente.
Ahora bien, cuando hubieron pasado mil años desde pentecostés y el mundo continuó sin cambios, entonces los mil años también pasaron a ser simbólicos y a representar una ‘era’ indeterminada.
Además, la explicación de Agustín, iba más en armonía con la noción de que los buenos ya estaban en el cielo con Cristo, una doctrina que tampoco formaba parte de las enseñanzas apostólicas originales; así, se explicaba mejor que el reino de los santos ya había comenzado. A su vez, esto armoniza con la noción griega de que el alma sobrevive al cuerpo después de la muerte.
La resurrección del cuerpo es una doctrina básica del catolicismo y del protestantismo, sin embargo, carece de sentido y es cuasi ignorada por la mayoría de los feligreses, por cuanto no armoniza con la noción de que, despues de morir el cuerpo, un alma inmortal inmediatamente asciende al cielo o baja al infierno. Todas estas doctrinas son corrupciones de la enseñanza sana del catolicismo original, que puede encontrarse en los escritos de los padres de la Iglesia, y, por supuesto en las escrituras; esto es, que los muertos están inconscientes a la espera de la resurrección en el último día, que es cuando Cristo regresa a reinar con sus santos y a restaurar la tierra. (Juan 11:11; 23-26)
Y, por cierto, el creer que los santos ya gobiernan, ha llevado a su veneración idolátrica mediante el uso de imágenes, lo cual está expresamente prohibido por los apóstoles. (1 Juan 5:21)
Los católicos (y protestantes) harían bien en referirse al credo apostólico  y a los escritos de los primeros obispos, para entender lo que es la verdadera enseñanza católica, pura y simple, libre de interpretaciones posteriores e influencias externas al cristianismo ortodoxo. Investigar la enciclopedia católica y leer el catecismo me ha llevado a concluir que gran parte de la verdadera enseñanza apostólica está aún disponible para el católico sincero.
Los líderes católicos y protestantes harían bien en leer la advertencia de Jesús en Lucas 12: 45-48 y Santiago 3:1.
Este no es un sitio anti-católico, ni anti-protestante, de hecho, no repudiamos ninguna religión cristiana a la luz de lo que dijo Pablo en Filipenses 1:15-20 y las palabras de Jesús en Marcos 9:38-40. Lo que si hacemos es conminar a los cristianos a retomar la doctrina sana del cristianismo original y a predicarla dentro de su misma iglesia o congregacion. Influyamos positivamente en el pensamiento cristiano, porque ha llegado el tiempo de "restaurar todas las cosas". (Marcos 17:11,12)

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