LUZBY BERNAL

jueves, 30 de diciembre de 2010

SAMAY - DESCANSAR


Por el Lic. Evaristo Pfuture Consa
En todo el Tawantinsuyö, hasta donde llegaron los Inkas, se organizó un Sistema de Vida sin igual (Kausay pawa), sistema en la que se empezaba con la práctica real de las normas fundamentales de la vida andina siguientes: Ama qella (sé laborioso), Ama suwa (sé honesto), Ama llulla (sé veraz) y Ama hap’a (sé fiel y leal); prácticas que permitían evolucionar (wiñay) y forjar la identidad plena de ser “Hijos del Sol”, los que se expresaban en la conducta diaria personal y social de los andinos, como es la magnanimidad, bondad, honradez, humildad, sabiduría, etc.
El sol pone en actividad a todos los seres vivos, pues el astro rey representa el origen mismo de la vida. En runasimi al origen de la vida se le dice kuyuy, que significa movimiento, el mismo que a nivel de vibración es más sutil y fino que el movimiento de los electrones y los kuars.
En las reacciones químicas que se efectúan dentro de las organelas celulares, se encuentran activos esta energía, hasta en la formación de un ion con carga positiva o negativa; es decir, en la esencia de todo está esa vibración, y eso es Pachakamaq, que a nivel objetivo está representado por el Inti Tayta o padre Sol.
La vida es actividad y dinamismo, de ahí que cuando nos encontramos incumpliendo las normas de la vida y estamos inactivos entonces nos aproximamos a la muerte, por lo tanto se generará enfermedades físicas o psíquicas que nos agobiarán en el transcurso de nuestra existencia, pues se ha generado la desarmonía. Todo debe realizarse en armonía con la naturaleza y sus normas.
El andino se despierta y se levanta apenas que los rayos del sol aclaran la noche, es decir, de madrugada; y antes de que los rayos del sol bañen la cumbre más alta ya deben estar de pie todas las personas con sus hijos, y habiendo ya realizado el Kunaywa, etc.
Cuando en la tarde se va el sol, se despide agradeciendo por un día más de evolución brindada, y cuando ya no hay presencia de sus rayos y llega la noche con la presencia de la luna y las estrellas, entonces es el momento del samay o descanso físico.
En el mejor de los tiempos en el Tawantinsuyö nunca ha faltado el alimento a los inkas, por lo que siempre existió la cena por las noches para los “Hijos del sol”, los mismos que eran, sin excepción, los seres humanos de todo el Tawantinsuyö, quienes trabajaron desde niños hasta ancianos, cada quien a su medida y posibilidad, y sin ningún exceso, para que haya el sagrado alimento para todos y los bienes colectivos y personales necesarios para una vida digna y feliz.
Igualmente, como parte del Sistema de Vida andino se ha practicado el Yuyaymanay en todos los hogares y era dirigido por los más ancianos, pero cuando los tiempos apremiaron y al estar preparados en esa disciplina todos los integrantes de la familia, podían realizar aún en ausencia de los abuelos o padres. Por ello, en donde uno se encontrare podía practicarlo sin ningún problema, aún siendo niño, pues estaba formado en ese Sistema de vida andino (Kausay pawa) desde su más tierna edad.
SAMAY- PUÑUY (Descansar - Dormir)
Samay, en sus diversas acepciones, se traduce en realidad como “volver a la armonía corporal, reconstituir los elementos integrantes del organismo y liberar el mundo psíquico y mental superior del plano físico”, mientras que puñuy es ingresar al estado de inconciencia.
En el samay existen aspectos que se debe tener en consideración, a saber:
1. Con relación al medio y la protección cósmica: Generalmente el samay se ha acostumbrado hacer en la noche, en las horas más pasivas, cuando ya están manifestados la luna y las estrellas que ingresan como protectores en los dominios del mundo psíquico, ya que en la naturaleza, de las 24 horas del día, la noche es la más pasiva. Aunque se podría decir que es relativo, pero lo más natural es que las horas de la noche son para dormir.
2. Con relación a la persona: En la Confederación fraternal del Tawantinsuyö todos estuvieron advertidos y formados para hacer las cosas en forma conciente, y esto se aplicaba aún estando dormidos; y es allí que para pasar de la conciencia a la inconciencia se requiere conocer y manejar algunos detalles fundamentales:
v El cuerpo ingresará a una completa relajación para distribuir los nutrientes a todo el organismo; es la armonía funcional, por ello el samay no es inmediatamente después de haber terminado de comer, sino es después de algunas horas de que se ha demorado la práctica del Yuyaymanay; es por eso que se dice en runasimi “purinaqjarichinan mijuyusqanchistaqa (hay que “pasearlo” o digerirlo lo que se ha ingerido o comido).
v El cuerpo psíquico y mental superior se liberan del plano físico, por ello pueden entrar en contacto con los seres y el medio de los planos superiores; y es aquí donde viene la preocupación: A mayor evolución la liberación ocurre a voluntad, pero no debe ser manipulado con aspiraciones materiales o formas de aprovechamiento personal vanidosa y egoísta, ya que la liberación corresponde netamente a la evolución psíquica y mental superior. La prueba de ello son los ensueños que de algunos nos acordamos al despertar.
v Protección: Considerando lo anterior y también considerando que cada uno de nosotros no somos ni estamos solos, sino más bien nos encontramos en el sendero evolutivo y por lo tanto existen seres más o menos evolucionados que nosotros, entonces es imprescindible comprender que necesitamos ayuda, guía y protección de los más evolucionados.
Esta es la razón por lo que los tawantinsuyanos o habitantes de la confederación del Tawantinsuyö realizaran ceremonias, rituales, etc., y así mantenerse en contacto con las energías activas del Pachakamaq, los mismos que se encuentran en los cuatro elementos de la naturaleza. Es así cómo que se establece el contacto espiritual con los Apukuna, Pachamama, Mamaqocha, hasta hacer el uyni (unidad con el entorno) y llegar al tinku (unidad o fusión) con el Pachakamaq.
En la practica real, antes de dormirse se agradece a las divinidades del día y a los Apus, y luego se hace el contacto con la luna y las estrellas, así como con los Apus y la Pachamama o la naturaleza, para que ellos conserven, protejan y los mantengan toda la noche o el tiempo necesario a todos los seres vivos visibles e invisibles, así como a los logros alcanzados durante el día para que pueda continuarse al día siguiente con las actividades dinámicas y la evolución. En ella quedamos incluidos los seres humanos.
Es por eso que en ese estado el andino será protegido y guiado, y se le comunicará los pasos a seguir al día siguiente, toda vez que cuando entra el cuerpo a descansar pasa a la inconciencia, pero los cuerpos psíquico y mental entran en comunicación con las entidades mencionadas.
Es por todo ello que se pide protección para el cuerpo físico, psíquico, intelectual y mental superior, ya que se activan plenamente, pues para cada uno de estos planos existen los protectores correspondientes.


EL SUEÑO O ENSUEÑO
Considerando que la vida de la persona es varias vidas en uno, al momento del samay el cuerpo psíquico se libera del cuerpo físico y puede desplazarse y recibir todo tipo de mensajes a partir de ese plano, o ver los hechos y sus consecuencias desde dicho estado; así mismo es el momento de participar en la vida psíquica de la humanidad.
Es necesario indicar que existe malestar o enfermedad de muchos seres en evolución en el plano psíquico, aunque el cuerpo orgánico y la vida material real en este plano físico aparenten estar bien, pero en realidad sus actos egoístas, sus apropiaciones ilícitas, excesos de poder, mal uso de las energías sexuales, etc. de la persona le hacen tanto daño, pues está incumpliendo las cuatro normas andinas, que aquí presentamos con parte de sus correspondencias:
v Ama qella tierra – Sé laborioso – Llama.
v Ama suwa agua – Sé honesto – Paqocha.
v Ama hap’a fuego – Sé fiel – Wanakö
v Ama llulla aire – Sé veraz – Wik’uña
Por el incumplimiento de estas normas los seres humanos se encuentran en estados desastrosos, deteniéndose en su evolución e involucrando a otras personas en su extravió. Y lo peor es de que con su falta (hucha) afecta y contamina el medio ambiente social y psíquico generando estrés y caos colectivo.
En la practica el procedimiento del samay es como sigue: Antes de acostarse y estando aun sentado sobre la cama, se toma contacto (dependiendo donde se encuentre) con sus protectores (Apus personales), luego, en el segundo nivel, con los protectores del medio (la Pachamama y/o Mamaqocha y los Apus del lugar), para finalmente, en el tercer nivel, tomar contacto con Ch’ashka y Killamama.
Así de está manera el andino se acuesta concientemente para descansar, y despertar al día siguiente lúcido, lleno de energía y vitalidad.



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