LUZBY BERNAL

sábado, 18 de diciembre de 2010


Siempre que amáis algo, también lo odiáis.
Encontraréis excusas de por qué odiar, pero no son relevantes.


Nunca dejéis que vuestro odio decida algo. Al saber que hay odio, dejad siempre que decida el amor. No estoy diciendo que lo suprimáis, no; pero nunca lo dejéis decidir. Dejad que esté ahí, que tenga un lugar secundario. Aceptadlo, pero nunca permitáis que sea decisivo. Descuidadlo, y morirá por sí solo.

Prestadle más atención al amor y dejad que este decida. Tarde o temprano, el amor tomará posesión de todo vuestro ser y no quedará lugar para el odio.
 

No hay comentarios: