LUZBY BERNAL

miércoles, 8 de diciembre de 2010

TUDELA RECUPERA LA FIESTA DE LA INMACULADA

LUIS MARÍA MARÍN ROYO

La primera constancia de la celebración de esta fiesta en Tudela data del año 1525

Imagen de la Inmaculada Concepción en el altar de la catedral.  CEDIDA
Imagen de la Inmaculada Concepción en el altar de la catedral. CEDIDA


Miércoles, 8 de diciembre de 2010 - 04:00 h.

D ESPUÉS de muchos años sin celebrarse con la solemnidad de antaño, se ha recuperado en Tudela la novena, vigilia -a la que asistió ayer el Arzobispo Francisco Pérez- y hoy -tras la misa en la catedral que comenzará a las 11 horas- la procesión de la Inmaculada Concepción, fiesta que con tanto ahínco defendieron nuestros antepasados.

Como detallo en mi libro Celebraciones a lo largo del año, Tudela fue una gran defensora de la Inmaculada Concepción. La primera vez que tenemos constancia de que se celebró esta fiesta en la ciudad fue en el año 1525. Es en el siglo XVII, cuando vemos que Tudela se vuelca en esta celebración, que se hacía en un principio en el convento de Franciscanos.
Tudela proclama la fiesta 235 años antes de que el Papa declarase el dogma
Según leemos en el acta municipal del día 28 de noviembre del año 1619, los regidores de la ciudad acordaron: «que se haga pregón general para que todos los vecinos de la ciudad hagan hogueras y concertar dos toros por la fiesta de la Inmaculada Concepción y danzas». De esta manera, en Tudela se pregonaba oficialmente la Inmaculada Concepción de la Virgen con fiesta y procesión el día 8 de diciembre, 235 años antes de la proclamación dogmática de ese misterio por el Papa Pío XI en el año 1854. Los regidores acordaron que se celebrase la fiesta en la ciudad y que además de la celebración tradicional en el convento de los Franciscanos se hiciese otra con sermón en la colegial de Santa María el domingo anterior a la fiesta.
Un torneo y toros en Herrerías
Para festejar la proclamación de la Inmaculada Concepción de la Virgen por la ciudad, cabildo y autoridades el 8 de diciembre de 1619, por estar el monarca enfermo, los actos civiles se retrasaron al domingo 19 de abril de 1620, día en el que se celebró un espléndido torneo en la calle Herrerías, montado por la nobleza tudelana. Aquella misma noche del 19 al 20 se deshizo la plaza de armas y se formó la de toros, cerrando para ello la calle Herrerías.
El día 20 se celebró la función taurina, con toros que vendió por 30 ducados Juan Virto, el arrendador de las carnicerías de Tudela. Fue un espectáculo de rejones, que llevó a cabo un tal Francisco López del Río, quien clavó con mucha destreza varios rejones. Según dice la crónica, los toros que se libraron de sus manos, murieron en las del matador (a) Jarrete.
Una imagen y faroles todo el año en la fachada del Ayuntamiento y hogueras y toros el día de la fiesta
El Ayuntamiento por su cuenta acordó la celebración todos los años con una hoguera que se encendía por la noche el día 7 de diciembre, víspera de la Purísima Concepción, delante de las puertas de la casa consistorial en la plaza Vieja, para la que pagaba la leña el municipio, e hizo voto de mantener encendidos dos faroles todos los días del año por la noche, colocados en los balcones de la fachada de la casa consistorial.
En los libros de cuentas municipales de los siglos XVII y XVIII aparecen todos los años anotaciones de gasto de 25 reales por la leña que se consumía en la hoguera. Igualmente el pago de 4 ducados al alcaide para aceite: «para el farol que arde todas las noches en el frontispicio de las casas del Ayuntamiento, en obsequio a la Inmaculada Concepción»; así como muchos años el pago al arrendador de la carnicería por uno o dos toros que, para divertimento de la gente, se corrían ensogados el día de la Inmaculada.
El día 15 de julio de 1713 aparece anotado un gasto de 50 reales, una cantidad muy elevada en aquellos años, que se le pagan a un tal Matías, maestro vidriero, por haber hecho un farol de vidrio, para ponerlo todas las noches «en la puerta principal de las casas de la ciudad, adonde está colocada en medio la imagen de Nuestra Señora de la Concepción y para que sirva de dar luz toda la noche a la plaza pública para evitar algunos inconvenientes.». 

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