LUZBY BERNAL

miércoles, 17 de agosto de 2011

PARASHA SEMANAL Vaetjanán 5770

 

Vaetjanán(Deuteronomio 3:23-7:11)

Vaetjanán 5770

La parashá Vaetjanan, nos enseña el enorme poder que tienen nuestros rezos ante el Creador.
La tefilá es un medio de unión tan estrecho entre Dios y su pueblo, que Hashem lo considera Kodesh-Kodashim.
En un profundo ruego, Moshé Rabenu pidió quinientos quince rezos, que es el valor numérico (guematria) de la palabra Vaetjanan, para que Hashem le permitiera entrar a la Tierra de Israel. Dice el Midrash que Moshé aprendió esto de los Ángeles, que le rezan a Hashem 515 rezos diarios - Reguel Yeshará y también es guematria 515, (Midrash Tehilim 18:32).
Dice el Baal Haturim que el rezo fue como una Shirá (canto), que también es guematria 515, igual que Vaetjanan.
Nos dice el Pnei Yeoshua, que si hacemos la cuenta de las tres tefilot diarias (shajarit, minjá y arvit) excluyendo obviamente Shabat, (ya que en Shabat no se hacen peticiones personales), nos da un total de 7 meses, es decir que Moshé Rabeinu empezó a suplicar el 7 de Tishrei en shajarit y terminó el 7 de Adar, también por la mañana, de tal forma que antes de minjá llegó el tiempo de Moshé Rabenu, para dejar este mundo terrenal.
Si alguien en la historia del pueblo judío supo pedir y tuvo los méritos para pedir, fue Moshé Rabenu. La pregunta es por qué Hashem le dijo: "Rav Laj", que quiere decir: "Suficiente, ni una tefilá más".
La respuesta es muy sencilla. Él rey del mundo, no habría podido negarse si Moshé hubiera pedido una sola vez más.
Hay 10 lenguajes de rezos y Vaetjanan es uno de ellos. ¿Por qué Moshé eligió este? Nos dice Rashi y el Kli-Yakar: Porque este es un pedido gratuito. Quiere decir, que a pesar de que los tzadikim pueden pedir por sus méritos, ellos lo hacen en forma de suplica gratuita (jinam) ante Hashem, Itbaraj Shemó. O sea, por favor dame Hashem lo que pido y no disminuyas de mis zejuiot (méritos).
Si le “pedimos de verdad” a Dios, Él no nos puede negar la petición, ya que está escrito... "y les daré lo que pidan, lo que me pidan de verdad" (Tehilim 145). Dicen nuestros sabios: El ojo llora, el alma se compenetra y el rezo es escuchado.
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Contaba Rav Moshé Koifshitz Z.L, uno del los principales Maguidei Shiur de la famosa Ieshivá Kol Yaakov en Jerusalem (Bait-Vagan), que cuando pequeño, él era muy chico de estatura y se preocupaba mucho. Sus demás compañeros crecían normalmente y él se quedaba rezagado en el crecimiento corporal. En una ocasión su padre le dijo: "Hijo, pídele a Hashem con todas tus fuerzas y él te va a hacer crecer y serás de los más altos del salón". Su tefilá fue escuchada y se transformó en un hombre realmente alto. Pide de verdad, y Hashem te lo va a dar.
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¿Por qué entonces tanta gente pide y no es escuchada?
El Maguid de Duvna (Rav Yaakov Kranz, 1741-1794), nos trae este mashal explicativo:
Un médico famoso llegó a una ciudad y su fama lo precedía por todos lados. Por lo tanto la gente lo buscaba incansablemente para que atendiera a los enfermos. En ese mismo lugar un hombre acaudalado llama al doctor y le dice así: "Te voy a dar un cheque por una cantidad anual, considerando que tengo 8 hijos, 14 nietos, primos, hermanos y en cualquier situación que te necesitemos, depositaremos nuestra confianza en ti, de tal forma, que sabemos que contamos contigo y que no nos fallarás".
A través del tiempo los habitantes del lugar notaron una gran diferencia de cómo el doctor atendía a dicha familia en relación a los demás habitantes de la ciudad, obviamente existía un favoritismo hacia ellos. Un habitante se acercó al médico y le manifestó su descontento.
"¿Por qué con ellos te portas con tal bondad y con todos los demás sólo de forma común?". Él médico le respondió: "Dime, ¿cuántos hijos tienes?" y el habitante le respondió que 7. "Y, ¿cuántas veces al año te he visto?". "Sólo 2". Entonces el médico le hace alusiva su conducta preferencial diciéndole: "Es decir que no siempre me llamas a mí". "Pues no", le respondió. "Hay otros médicos también". Entonces el médico le dijo: "Con la familia que me deposita su confianza al 100% en todos los casos, lógico que estoy más pendiente de ellos, y con los otros que tienen su confianza depositada en diferentes doctores me comporto de manera común".
Igualmente Dios escucha todas nuestras tefilot, y sin duda nos quiere dar lo que pedimos, pero no todas nos hacen bien y tampoco somos merecedores de recurrir siempre a Él, ya que antes nos apoyamos en otras cosas como por ejemplo en nuestro dinero, nuestros bienes, nuestra fuerza y nuestras relaciones, y una vez que todas ellas no funcionan, entonces le pedimos de verdad a Él.
Dijo el Rey David (Tehilim 145): "La voluntad de los temerosos, Dios hará, y los que le piden serán escuchados y contestados". ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? El que realmente es “temeroso de Dios” sólo pide una cosa ¿Saben cuál? La respuesta es: "Dame lo que es bueno para mí ya que quiero vivir de acuerdo a Tu voluntad". Y los segundos ¿qué piden generalmente? Tienen una enorme lista de peticiones las cuales son muy loables, pero no todas ellas coinciden con el perfecto plan que Dios tiene para cada uno de ellos.
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Quiero terminar esta parashá con una explicación del Baal Haturim de bendita memoria que nos ejemplifica, como eran “temerosos de Hashem”, nuestros 3 Patriarcas, Abraham, Itzjak y Yaakov. Esta parashá también contiene el Shemá Israel, que pronunciamos todos los días. Y comienza así:
"Veahavta et Hashem Elokeja ve jol levavejá, vejol nafshejá u vejol meodeja". Veahavta son las mismas letras intercaladas de “Haavot” - Los Patriarcas. Entonces; Vejol levavejá: amarás a Hashem, con todo tu corazón, éste es Abraham Avinu, "que encontré su corazón leal a mí" (Nejemia 9-8), ve jol nafsheja, con todo tu ser (Nefesh), como Itzjak que entrego su Nefesh a Hakadosh Baruj Hu, en Akedat Itzjak (Bereshit 22-1hasta 22-19). Uvejol Meodeja, y sobre todas las cosas, como Yaakov Avinu que dijo: "De todo lo que me des, el diezmo te daré" (Bereshit 28-22). Los verdaderos temerosos de Hashem deben recordar: Debemos amarlo con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser y por sobre todas las cosas.

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