LUZBY BERNAL

sábado, 13 de agosto de 2011

Víctima de bala perdida pide ayuda para seguir su tratamiento

Víctima de bala perdida pide ayuda para seguir su tratamiento

JUAN GUILLERMO MERCADO
PERIODISTA CITYTV'Sobreviví a una bala perdida'
Blanca Nieves Ruiz, con su hija Daniela, que perdió uno de sus ojos por una bala perdida.
Foto: Imagen Citytv

Daniela Romero ha logrado caminar, pese a que le diagnosticaron paraplejia.

"Me acuerdo de todo el accidente. Estaba sentada en una silla cuando vi al soldado correr y escuché los disparos. Me caí. Mi hermana corrió y me llevó al hospital. Mi mamá salió gritando y dejó el puesto tirado".

Así recuerda Daniela Stefany Romero la mañana en la que por una bala perdida perdió uno de sus ojos. Tenía 12 años y acompañaba a su madre, Blanca Nieves Ruiz, al puesto ambulante donde vendían carne y caldo de costilla. A las 7:30 de la mañana un presunto sicario disparó contra un hombre que corría. El blanco fue la menor, que cayó herida.


"Ese hombre, alias 'Majagua', tenía un rencilla con el soldado. Yo lo sé porque me lo dijeron en la audiencia", afirma Blanca Nieves, en la sala de su humilde casa del barrio Tintalito, en Kennedy.

La madre cabeza de hogar, que responde por cinco hijos y dos nietos, se refiere a John Eduard López, el joven que desde la calle del 'Cartuchito' hizo el disparo que dejó en 26 días de cuidados intensivos a la pequeña Daniela.

El autor, hoy en La Modelo, perseguía a un integrante de la Fuerzas Militares que ese día llegó hasta el barrio María Paz. El hecho divulgado quedó en el olvido, pese a que Daniela permaneció dos meses y medio hospitalizada.

Este semestre Daniela, ya con 13 años, regresó al colegio, al grado séptimo.

"Ha sid
JUAN GUILLERMO MERCADO
PERIODISTA CITYTVo un drama. A mi niña la dejaron sola. El padrastro, del que me separé, la sacó de la EPS, porque se quedó sin empleo", narra Blanca.
La mujer, de 49 años, tuvo que asistir a su hija, que salió del hospital en silla de ruedas. "Le ponía pañales y me tocaba darle la comida con una inyección". También recuerda cómo pasaba hasta siete horas diarias rogando por una cita para una terapia. "Por eso puse una tutela con la que logré la atención", apunta.

Hoy, los archivos de peticiones llenan todo el gabinete de la casa.
Sin asistencia médica, Daniela hace sus terapias sola. Se agarra una mano y la sube con presión hasta el hombro, mueve el cuello, se levanta, trota, camina de un lado a otro. Quiere recuperarse.

"Con mi mami voy a la Iglesia todos los domingos. Dios me ha ayudado a caminar", asegura la niña.

De ahí el ruego de Blanca Nieves. "Que alguien me apoye con el tratamiento". Y su hija en medio de su inocencia indica:
"Yo sobreviví a una bala perdida, pero quiero ir al colegio sin un parche en mi ojo".JUAN GUILLERMO MERCADO
PERIODISTA CITYTV


EL TIEMPO.COM

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